Curación vía Skype y por teléfono
Comencemos apartando las ideas sobre la imposibilidad de obtener resultados con el tratamiento a distancia. No escriban para su mente tal programa. Escriban otro. Todo es real. Todo funciona perfectamente. Ahora trataré de describir cómo va el proceso.
- En primer lugar, admita mentalmente esa posibilidad. Para comenzar, solo admítala, como si estuviera activando el pensamiento de que todo saldrá bien. Fije una meta mínima para la primera sesión. Las personas suelen buscar ayuda cuando sienten dolor en alguna parte de su cuerpo. A veces el paciente sabe qué dice sobre su situación la medicina oficial, pero no percibe prácticamente nada.
- Casi siempre los problemas tienen manifestaciones internas y externas. Por ejemplo, una inflamación interna puede ser localizada palpando el cuerpo. Si no tocamos el lugar, a uno no le duele, pero al palpar el problema se revela. Con frecuencia las personas dicen: “Ni sabía que me dolía allí”. Durante un tratamiento presencial, yo aplicaría mi energía en un lugar donde percibo el problema, y de manera más activa. Usted lo hará con más cuidado, con mayor suavidad. Y se puede ir explorando hacia la derecha e izquierda del foco del dolor. Donde duele más cuando se palpa con la misma fuerza, allí debe estar una de las causas del problema. Por ejemplo, una mujer sufre de inflamación de glándula suprarrenal. Esto no significa que todo lo demás esté en perfecto estado. Pero allí está la raíz del mal. Más a menudo dolor se manifiesta en el lugar desde donde comenzó el problema.
- Cada sesión vía Skype (igual que cuando hay contacto físico) genera mejoría. Si no fuera así, ¿quién volvería para la siguiente sesión?