Hace un par de días, una niña vino a verme a la clínica. Solucionamos uno de sus problemas de salud. Pero otra cosa me molestó en su condición. Ella dijo que había formado una deuda decente con el banco. Y ella se siente muy mal. Está nerviosa. Duerme mal. Se enferma.
- Si no tuviera estas deudas, estaría feliz y todo sería diferente.
- ¿Y si tratamos de sentirnos felices en este momento?
Ella no sabía qué decir.
- La felicidad es cómo la ves, cómo la sientes. El banco no morirá sin tu dinero. Dale lentamente lo mejor que puedas. No te pongas nerviosa y vive la sensación de felicidad y alegría de otros momentos de tu vida. Vamos a enumerar ahora que tienes de bueno.
Ella enumeró a regañadientes. Pero bueno, al final, resulta que pudimos hacer una gran lista. Intenté convencerla de que no se preocupara por su historial de crédito. Que no es posible de inmediato ganar un montón de dinero y pagar. Y aún más importante. No te juzgues por tus errores. Y no es un error. Solo así es la vida. Sólo ámala. No pierdas el tiempo con el sufrimiento. Y sepa que las personas que trabajan muy duro también se encuentran en situaciones financieras difíciles. La situación es tal, ¿cuál es su actitud hacia ellos? ¡Sintámonos felices!
"Vamos". Ella ya está sonriendo.